Cinco tips para ser el mejor conversador (y que todos quieran escucharte)

Muchas veces pesa más cómo decimos las cosas que lo que tratamos de comunicar. Te decimos cómo transmitir tus ideas de mejor manera.

Marty Fukuda

No importa cuánto prepares tus palabras, no siempre puedes controlar cómo se recibirá lo que dices. Sin embargo, hay algunas cosas que sí puedes manejar, como la intensidad y el volumen de tu voz. Prepararte antes de hablar te ayudará a maximizar cada oportunidad de comunicación. Aquí hay cinco claves para hacer que tu mensaje cuente:

1. Nunca improvises

Cada conversación que me ha dejado con remordimientos tiene un denominador común: no pensé antes de hablar. La mayoría de nosotros nos comunicamos mejor cuando hemos tenido suficiente tiempo para procesar nuestros pensamientos antes de compartirlos. Vale más tomarse unos minutos para desarrollar un plan de ideas para una junta o reunión que tengas programada de antemano. Para un diálogo particularmente importante, considera la posibilidad de ensayar con un amigo para eliminar cualquier problema.

2. Piensa desde el punto de vista del receptor

Ponte en el lugar de la persona que te está escuchando cuando desarrolles tu estrategia. Esto te ayudará a tener una visión balanceada y te preparara para no solo defender tu postura, sino para contestar cualquier refutación potencial.

3. Prepárate para diferentes respuestas

Nadie puede predecir con el 100 por ciento de certeza cómo responderá otra persona. Aumenta tus posibilidades de triunfo en la conversación anticipando cualquier respuesta inquisitiva o negativa. Esto disminuye las probabilidades de que te tomen desprevenido.

4. Contesta con lógica y razón

Un punto que esté expuesto con confianza desde la razón tiene menos posibilidades de ser tomado con hostilidad. La clave para tener una gran conversación es tener un razonamiento abierto que este sustentado por hechos y cifras cuando sea posible.

5. Pero no olvides tu lado emocional

El punto anterior subraya la importancia de tener una conversación objetiva, pero no hay que olvidar que muchas veces la emoción puede pesar más que la razón. No subestimes la influencia que los sentimientos puedan tener en la percepción de tu mensaje y piensa qué tipo de sensación tus palabras evocan.

Finalmente, no te desanimes si al principio no eres un gran conversador. La práctica hace al maestro. No olvides que tus ideas se comunican mejor cuando se habla de una manera articulada y clara.

Fuente: Entrepreneur

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