San Felipe culinario

Gracias a su ruta gastronómica Yaracuy reavivó su llama y aumentó la variedad de sus platos para satisfacer distintos paladares

Cada visita a esta tierra verde se me hace muy placentera, sobre todo al ver como tratan de llevar el paisaje a la mesa sus habitantes. El empeño, la pasión y el cuidado en los detalles se hace presente. Los yaracuyanos quieren competir, desean que los turistas los volteen a ver con buenos ojos. Hace poco volví y descubrí algunos rincones dignos de probar, saborear y compartir. Muchos de ellos se ubican en los pueblos que rodean a la pequeña ciudad, porque de las ventajas de hacer Turismo del Paladar por estos lares es la cercanía de sus destinos gastronómicos, todo un lujo y una tentación.

El jardín del waffle

Marycarmen siempre fue una esmerada con su jardín, cuidaba la grama, sembraba árboles y regaba las plantas para que dieran bonitas flores. Su hija Marikler siguió el ejemplo y se puso a cultivar plantas suculentas que luego ofreció en venta. Esto llamó la atención de la gente que pasaba frente a su casa en la población de Guama, les alababan la mano para el resguardo de la naturaleza y todos querían tomarse fotos allí. Fue entonces cuando a estas damas se les ocurrió abrir el huerto al público con algo más que la oferta de hacerse una imagen bonita para el recuerdo. La madre que siempre había estado frente a los fogones llamó a un sobrino que acababa de hacer un curso de cocina, se inventaron una propuesta de waffles salados y dulces y resulta que ahora todos viajan a este poblado ubicado a tan solo 10 minutos de San Felipe a pasar la tarde bajo la sombra de las trinitarias con un té de jamaica en la mano y un sándwich de huecos relleno de pollo, tomate y lechuga. Me pareció una novedad buena y bonita, una manera de reinventar la casa y la vida. @eljardindemary. Propuesta: Waffles salados y dulces, tequeños, tés, cenas temáticas. 0412-1544903

Maní para llevar

Cocorote es un municipio de tan solo 135 kilómetros cuadrados y desde San Felipe se llega en tan solo cinco minutos a su plaza. En una de sus calles respira desde hace muchos años algo que llama la atención por los aromas que de allí salen: una venta de maní propiedad de la familia del mismo nombre. En un terreno interno José Gallo, sus hijos, sobrinos, hermanos y hasta el padre, extienden el maní que traen de su siembra para secarlo, luego lo pasan a la tostadora y lo embolsan. Hacen sus versiones picantes, turrones y otras ricuras. Lo mejor del cuento es la cantidad de tiempo que tienen ofreciendo el producto, ya son parte de la comunidad. El Patio de los Gallo, Cocorote; Propuesta: Venta de Maní y café; Contacto: 0254-2321603.

La novedad de las nueces

El que hice con la zona de Campo Elías y con Mildred Mendoza fue un descubrimiento que me llenó el alma. La primera deja atrás la humedad característica de Yaracuy y regala buen clima, la segunda es una dulce profesora jubilada interesada en la siembra de nueces de macadamiaque se casó con un portugués. Él trajo las semillas desde Portugal, las sembró y cuidó y nunca florecieron. Mildred me contó casi de manera poética que el día que llegaba de enterrar a su esposo los trabajadores del terreno donde habían ubicado la siembra la llamaron para que viera como los árboles florecían. Desde ese momento comenzó su cruzada por aprender del producto, por entenderlo y luego comercializarlo. A punta de lectura, consejos e instinto esta mujer logró sembrar, cosechar y luego descascarillar la exquisita nuez de macadamia. La embolsa delicadamente en celofán y la distribuye a sus exclusivos clientes caraqueños. Mildred se reserva decir la cifra de cuanto produce, pero asegura que está siempre le da para comer porque el espíritu de su esposo es quien custodia que de los árboles siempre broten frutos.

Celebrar con empanadas

Mi corazón tomó una nueva vida, mis ojos se iluminaron cuando probe las empanadas crujientes, rebozadas de relleno y con mucho sabor venezolano de la Posada La 13 . Este cafetín que tiene unos 18 años conviviendo con los san felipeños abre sus puertas a las siete de la mañana y baja la santamaría a las nueve de la noche. Casi siempre está a reventar, y como no va a ser, Su mayor orgullo, una empanada de pabellón que pesa casi un kilo. No pudo tener mejor final mi recorrido de sabores que con un producto que me alegra tanto, que me hace sentir tan de este país. Calle 13, San Felipe.

@posadala13

@menucallejero

Fuente: El Universal

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