El turismo es quizás la más heterogénea de las actividades humanas, parece un sector autónomo, pero depende profundamente de otros como el transporte, la educación, el ambiente, la sanidad, etc. Si alguno de ellos no funciona correctamente, por no estar bien orientado u organizado, entonces este tampoco se desarrolla armónicamente. La orientación de las actividades sociales y económicas dentro de un Estado se logra a través de las Políticas Públicas, y estas, deben tener un grado importante de coordinación para que puedan ser concurrentes, complementarias y no contradictorias.
Pero, qué debemos entender como una Política Pública? Consultando algunas bibliografías especializadas encontramos lo siguiente:
Aguilar Villanueva (1996/a: 26): Indica que una política pública es “en suma: a) el diseño de una acción colectiva intencional, b) el curso que efectivamente toma la acción como resultado de las muchas decisiones e interacciones que comporta y, en consecuencia, c) los hechos reales que la acción colectiva produce”.
Dye (2008:1): Señala que una política pública “es todo lo que los gobiernos deciden hacer o no hacer”.
Por mi parte me atrevo a plantear una definición: Una Política Pública es un mecanismo de orientación creado por el Estado sobre cómo deben hacerse las cosas en un determinado contexto o sector, con el objeto de alcanzar los objetivos propuestos.
Las políticas públicas, así vistas, pueden ser de carácter general o particular, las generales se refieren al contexto global del Estado o del gobierno; y las particulares a un sector social o económico específico, o a un ámbito territorial en concreto (estadal, regional o municipal).
¿Por qué son tan importantes las políticas públicas para el desarrollo del turismo?
Los países que desean hacer del turismo una actividad importante para su desarrollo social y económico buscan que todas las demás actividades correlacionadas apoyen su desarrollo, así, la orientación del transporte, en todas sus modalidades y ámbitos buscará que todos los proyectos nuevos o de renovación, siempre se ejecuten pensando en cómo beneficiar al turismo y la recreación. Un ejemplo claro de esto lo vemos en Portugal, donde, con ocasión de la modernización de los trenes urbanos que cubren la ruta Lisboa-Estoril, los vagones de estos fueron diseñados para que los recreacionistas o turistas pudiesen colocar sus equipos deportivos (Tablas de surf, esquíes, patinetas o bicicletas) en espacios apropiados dentro de estos. Así, vemos que una buena política de transporte urbano, interurbano, acuático o aéreo permitirá apoyar la actividad turística para que esta se desenvuelva con facilidad, ordenadamente y pueda crecer.
La política ambiental es sumamente importante, la misma debe buscar coherencia entre el uso y disfrute de playas, parques, monumentos y otros recursos naturales, buscando que se prevean las actividades humanas de manera que las mismas sean sostenibles y no afecten la calidad del ambiente. Las limitaciones con relación a la capacidad de carga, la ordenación y uso de los espacios, servicios públicos, y el control de estos, deben estar incluidas en las leyes o reglamentos.
La política de ordenamiento territorial deberá prever los espacios necesarios para la infraestructura y estructuras turísticas, preservando las áreas de mayor valor para el turismo y la recreación, y evitando la invasión urbana en espacios costeros, que obstaculicen el acceso, la visibilidad o el disfrute de playas de rio, lagunas o mares.
Cuando se busca atraer y atender corrientes turísticas extranjeras, será importante que el sistema educativo incluya la formación y especialización de profesionales en el área, el aprendizaje de idiomas extranjeros y la capacitación de guías de turismo en los idiomas de los visitantes.
Otras políticas públicas específicas, como la inmigratoria, relaciones exteriores, aduanera, la de turismo social, la cultural, e incluso la política cambiaria, pueden ser importantes para que la actividad turística se desarrolle con facilidad y de una manera integral.
La diferencia entre recibir 500.000 o 2 millones de visitantes anualmente podría estar en convencimiento del aparato gubernamental sobre la importancia del turismo para el desarrollo del país, y la definición de las políticas sectoriales que de manera concurrente apoyen el despliegue de esta maravillosa actividad. Mucho que hacer en Venezuela.
Willian J. Bracho
Abogado, MSc. Gestión del Turismo Sostenible.
Especialista en Dº de la Navegación
wjbracho@yahoo.com