El Valle de Colchagua se ha convertido en un destino turístico vibrante, ofreciendo experiencias únicas que sorprenden tanto a visitantes nacionales como internacionales. Entre las actividades más destacadas se encuentra ‘arma tu propio vino’, donde los turistas tienen la oportunidad de adentrarse en el fascinante mundo de la viticultura y ser parte del proceso de creación de un vino. Este tipo de experiencias no solo educan, sino que también entretienen, asegurando que cada visitante se lleve un recuerdo memorable.
Participar en ‘arma tu propio vino’ es adentrarse en un taller lúdico que combina la creatividad con la técnica. Los participantes, divididos en pequeños grupos, trabajan con distintas cepas para crear su propio ensamblaje. La actividad incluye el embotellamiento de las creaciones, el diseño de etiquetas y un nombre único para su vino. La evaluación final por un enólogo experto añade un nivel de competencia amigable que hace la experiencia aún más emocionante.
La experiencia va más allá de simplemente mezclar y embotellar. Los visitantes aprenden sobre los matices de cada cepa y cómo estos influyen en el perfil del vino final. Este enfoque no solo educa sino que también fomenta un vínculo emocional con el producto y la tierra de donde proviene. Aseguran que se trata de una actividad que despierta la curiosidad y la colaboración, haciendo de este un evento ideal para los apasionados del vino.