Entre los meses de julio y octubre, Panamá se transforma en un paraíso para los amantes de la naturaleza, al convertirse en escenario del avistamiento de ballenas jorobadas. Estos majestuosos cetáceos migran desde las gélidas aguas del sur del continente, viajando desde la Antártida hasta las cálidas costas panameñas, donde se reproducen y dan a luz a sus crías.
Si decides vivir esta experiencia única, hay varios sitios en el océano Pacífico de Panamá que son perfectos para el avistamiento de ballenas. Uno de los más populares es el Archipiélago de las Perlas, situado a solo 1.5 horas en ferry desde Ciudad de Panamá. Este destino es ideal para excursiones de un día, garantizando un encuentro cercano con estos gigantes del mar.
Otro lugar destacado es el Golfo de Chiriquí, en la provincia homónima. Aquí, puedes combinar la observación de ballenas con alojamientos en ecolodges y diversas actividades al aire libre, sumergiéndote en la belleza de la naturaleza. Si buscas un entorno más remoto, la Isla Coiba, declarada Patrimonio Natural de la Humanidad, combina la oportunidad de ver delfines y tortugas, entre otros.
Para disfrutar del avistamiento de ballenas de manera responsable, es crucial elegir operadores certificados que promuevan prácticas de turismo sostenible. Asegúrate de llevar ropa ligera, bloqueador solar, y binoculares. También, sigue las indicaciones de tu guía para observar a las ballenas desde una distancia segura. No olvides llevar tu cámara o celular con buena batería, ¡querrás capturar estos momentos inolvidables!
El avistamiento de ballenas en Panamá es más que una simple excursión; es una conexión profunda con la vida silvestre. Presenciar a estos gigantes saltar y nadar en aguas cristalinas es una experiencia que quedará grabada en tu memoria. ¡Panamá te espera!