Historia y aventura. Esos dos elementos se combinan al visitar Lambayeque, una región ubicada en el norte de Perú cuya capital es Chiclayo, la ciudad donde el papa León XIV vivió durante ocho años.
Cuando el Sumo Pontífice saludó desde el balcón de la Basílica de San Pedro a su antigua diócesis, los ojos del mundo se centraron en la tierra que cautivó a Robert Prevost, reafirmando su posición como una de las regiones de mayor crecimiento turístico del vecino país de Ecuador.
El famoso dulce King Kong del Papa: Chiclayo celebra la comida que conquistó a León XIV
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Museo Tumbas Reales de Sipán
La tumba de un gobernante preincaico en todo su esplendor. Eso ofrece el Museo Tumbas Reales de Sipán, que resguarda uno de los hallazgos arqueológicos más importantes de América.
Su relevancia ha sido comparada con la tumba de Tutankamón en Egipto, debido a la riqueza y conservación. En 1987, los arqueólogos Walter Alva y Luis Chero Zurita encontraron intacta la tumba del Señor de Sipán, un alto dignatario mochica, considerado uno de los personajes más importantes del antiguo Perú.
Para preservar su legado, se creó un museo de sitio en Huaca Rajada, zona del hallazgo, y un moderno museo nacional donde se exhiben más de 2.000 piezas de oro y unas 5.000 piezas adicionales de cerámica, metales, textiles, madera y piedra.
Pirámides de Túcume
Si la historia lo atrapó, el siguiente destino es uno de los escenarios arqueológicos más imponentes del norte peruano: las pirámides de Túcume.
Aunque el nombre recuerda a Egipto, estas estructuras no tienen relación con las pirámides faraónicas, pero comparten su monumentalidad. Hechas de adobe, fueron centros ceremoniales de las culturas Mochica, Sicán y Chimú.
En el Valle de las Pirámides, en el distrito de Túcume (a una hora de Chiclayo), se conservan 26 edificaciones ancestrales, algunas de hasta 40 metros de altura. Es un espectáculo visual único que merece horas de recorrido.
Bosque de Pómac
Después de sumergirse en la historia milenaria de Lambayeque, los visitantes pueden dejarse asombrar por uno de los santuarios naturales más enigmáticos del continente: el Bosque de Pómac.
El lugar alberga la formación más densa de algarrobos del planeta, árboles sagrados para las culturas prehispánicas y fundamentales para el ecosistema del bosque seco ecuatorial.
El área protege más de 80 especies de aves, entre ellas la cortarrama peruana y la golondrina de Tumbes. También, se pueden observar mamíferos como el gato montés, roedores endémicos y reptiles como la serpiente cascabel y la macanche.
Además de su biodiversidad, el bosque guarda 36 pirámides de la cultura Sicán, en las que se han encontrado piezas de oro vinculadas a la leyenda de Naylamp, el mítico fundador del reino Lambayeque.
Debido a su extensión, los recorridos pueden realizarse a pie, en bicicleta o a caballo. También hay rutas nocturnas y opciones gastronómicas locales con reserva previa.