La meta de la Cámara de Comercio Británica en Panamá (Britcham), para los próximos dos años, es lograr que empresarios panameños coloquen sus productos en el Reino Unido y que los británicos aumenten su inversión en el país centroamericano, afirmó su presidente, Ernesto Lara, director de la firma Wellington Chambers.
La meta de la Cámara de Comercio Británica en Panamá (Britcham), para los próximos dos años, es lograr que empresarios panameños coloquen sus productos en el Reino Unido y que los británicos aumenten su inversión en el país centroamericano, afirmó su presidente, Ernesto Lara, director de la firma Wellington Chambers.
Lara, experto de estructuración de inversiones internacionales, explicó a ANPanamá que la organización, que nació como un círculo de reuniones mensuales en 2006, se constituyó en 2012 como la Cámara, que actualmente cuenta con 65 miembros entre empresas e individuos.
Calculó que “por lo muy bajo, las empresas británicas asentadas en Panamá representan inversiones por 20.000 millones de dólares, sin contar el circulante que inyectan a la economía local constantemente con el pago de prestaciones, salarios, impuestos, insumos, entre otros”.
Y en cuanto a generación de empleo, al menos son 10.000 personas, pues entre sus socios está Minera Panamá (extracción de cobre), Bi water (potabilización), Diageo (importación de licores), Grupo Verde Azul (hospitalidad), Glaxo Smith Kline (farmacéutica), Hutchinson y MIT (puertos), Hospital Nacional (salud), JCB (construcción), The Oxford School y King’s College Panamá (educación), entre otros.
Gran Bretaña llegó a ser el segundo mayor inversor en Panamá hace pocos años y actualmente está entre el cuarto y quinto lugar, recordó.
“Nuestro empeño es llevar a empresas panameñas a Gran Bretaña, Panamá tiene productos que puede ofrecer, el café de los más finos del mundo, que está en Japón, el ron que lo vez en Europa, hay dos dj que la rompen exitosamente en Alemania, hay una joven que confecciona cremas de belleza naturales que los coloca afuera con éxito”, entre otros artículos, pero son iniciativas de esos empresarios, hay que organizar la promoción con apoyo gubernamental, tener un plan en ese sentido, resaltó.
Señaló que están dando los pasos para conocer quiénes están interesados en participar en esas misiones comerciales, en coordinación con el gobierno panameño y por ello ya se reunió con el director de Inversión del Ministerio de la Presidencia, Alfonso Paredes, y próximamente lo hará con Juan Manuel Henríquez, asesor de la Autoridad de Turismo de Panamá.
Por otro lado, para atraer a más empresas británicas hacia Panamá hay que destacar su ley de Sedes de Empresas Multinacionales, el canal interoceánico, la zona libre de Colón, el centro bancario internacional y “darle la vuelta en sentido positivo” a la “jurisdicción exótica” que representa su nombre en el mundo, “que llama la atención en el extranjero” al haber sido estigmatizada por el escándalo de Odebrecht y de los “papeles de Panamá”, lo cual “no debe ser difícil transformar” para que sea ligado a lo bueno que tiene.
Si hay algo que tienen los empresarios británicos que observarle al clima de negocios en Panamá es “la seguridad jurídica” porque no hay “una política de Estado” al cambiarse a los funcionarios cada cinco años, cuando lo mejor sería tener profesionales de carrera fogueados porque “los empresarios acaban sabiendo mejor las cosas” dada su mayor permanencia en el cargo.
“Está mejorando la situación”, matizó, porque “a la mayoría de las empresas británicas les va bien, están haciendo dinero, pero se debe ser más eficiente” en el sector público para que el país “sea más atractivo” para los inversores.
Señaló que entre los pasos a favor está la nueva ley de incentivos turísticos que crea beneficios fiscales para los inversores “como fue durante los gobiernos de Martín Torrijos (2004-2009) y Mireya Moscoso (1999-2004), cuando los gastos eran 100% deducibles”, y luego desaparecieron, lo que fue seguido de la crisis económica mundial que hizo perder atractivo al país.
Otra necesidad es la de establecer un sistema “transparente, equitativo, con integridad” en las licitaciones públicas “para que gane el mejor”, como ocurre en el Primer Mundo, en donde “tiempo, tecnología y costo” son factores fundamentales, pero las precisamos son obtener lo más rápido posible y con la mejor tecnología que la obra esté terminada, “no el costo”, apuntó.
Pero la comunidad empresarial británica ve con muy buenos ojos la creación de la ley de Asociaciones Público Privadas, dado el nivel de deuda pública de Panamá, pues el servicio para la iniciativa privada en general inyecta capitales a la economía bajo este paraguas legal.
Recordó que el Reino Unido ha puesto a disposición del gobierno de Panamá unos 4.000 millones de dólares para inversiones, con la sola condición que el 20 por ciento de las obras sea hecho, o los suministros provistos, por empresas británicas y “las alianzas público privadas pueden ser el instrumento” para aprovechar esos fondos disponibles.
Respecto al brexit y el nuevo acuerdo de libre comercio que establecieron el Reino Unido y Panamá, aseguró que “todo sigue normal” para las empresas británicas y esperan “un efecto positivo” del desarrollo de las relaciones comerciales bilaterales en el nuevo contexto establecido previendo la salida de la Unión Europea.
La Cámara de Comercio Británica desarrolla actividades de proyección cultural, de acercamiento con los funcionarios panameños, un foro de negocios, un torneo hípico anual, otro de golf, todos sin fines de lucro, en los cuales se obtienen los fondos que se destinan a parte de su operación y para ayudar a la escuela pública Gran Bretaña, que funciona en la localidad de Chilibre, en la periferia norte de la capital, y a otro grupo de cinco organizaciones no gubernamentales, detalló Lara.