Según las conclusiones a las que se ha llegado en un estudio reciente, los planetas rocosos con agua como la Tierra pueden ser muchísimo más abundantes de lo creído, al menos en nuestra galaxia.
El origen del agua que en la superficie de la Tierra conforma mares y otros cuerpos de agua es, en buena parte, un misterio. Se tiende a creer que fue traída a la Tierra por cometas y otros pequeños astros ricos en agua que chocaron contra nuestro planeta mientras este estaba acabando de formarse. Los resultados del nuevo estudio indican, en cambio, que se originó en la propia Tierra, mediante un proceso que no tendría nada de exótico y que por tanto sería el habitual en otros planetas de tipo rocoso como la Tierra.
Esto cambia radicalmente la estimación de cuán comunes pueden ser en nuestra galaxia los planetas habitables como la Tierra.
El equipo de Ed Young, de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), Estados Unidos, se valió de simulaciones de laboratorio y sofisticados modelos matemáticos para explorar el intercambio de materiales entre una atmósfera de hidrógeno molecular y un océano de magma, en muchos casos hipotéticos distintos. Los autores del estudio se centraron en compuestos y reacciones específicos considerados lo bastante complejos como para aportar datos valiosos sobre la historia de la formación de la Tierra, pero lo bastante sencillos como para poder interpretarlos plenamente a través de su modelo.
El análisis del equipo reveló que, durante su formación, muchos de esos planetas rocosos hipotéticos tenían una atmósfera muy rica en hidrógeno, un núcleo fundido y océanos de magma con mucho oxígeno, igual que la Tierra cuando estaba formándose.
«El hidrógeno de la atmósfera, que solo puede disolverse en líquido, entra en contacto con el magma caliente», explica Young. «En estas condiciones, las moléculas de hidrógeno y oxígeno reaccionan para convertirse en agua».
Si, tal como parece, la mayor parte del agua de la Tierra se creó en ella, y muchos de los planetas similares a la Tierra de la galaxia se formaron bajo condiciones no muy diferentes, es lógico pensar que podría haber en el cosmos muchos planetas similares a la Tierra con agua suficiente para la vida.
La historia demuestra que cuanto más aprendemos sobre la Tierra, más típica parece ser en el contexto del universo, tal como subraya Young.
El estudio se titula “Earth shaped by primordial H2 atmospheres”. Y se ha publicado en la revista académica Nature.