A pesar de alcanzar velocidades de crucero, la percepción de la velocidad es considerablemente menor en el aire
Experimentar un viaje en avión proporciona una sensación única en comparación con desplazarse en coche o tren. A pesar de alcanzar velocidades de crucero, la percepción de la velocidad es considerablemente menor en el aire.
Esta particularidad no solo puede ser explicada mediante los principios de la física clásica, sino que también halla eco en la Teoría de la Relatividad Especial de Einstein. Conforme a Einstein, el movimiento debe ser evaluado en relación con un marco de referencia. En un avión, tanto los pasajeros como la aeronave forman parte del mismo sistema de referencia en movimiento, anulando así el movimiento relativo entre ellos.
Esta situación guarda similitud con viajar en un auto: si lanzas una pelota al aire dentro del vehículo, la pelota no retrocede a pesar de la velocidad del coche, ya que tú y la pelota compartes el mismo sistema de referencia.