El bastón está equipado con una cámara 3D en color, un sensor de medición inercial y su propio computador de a bordo y podría ofrecer a los usuarios ciegos o con baja visión una nueva forma de orientarse dentro de los edificios.
El desarrollo fue financiado por el Instituto Nacional del Ojo y el Instituto Nacional de Imagen Biomédica y Bioingeniería, dos de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.
Utiliza luz infrarroja, y aporta información al ordenador de este para que determine la distancia entre el bastón y otros objetos físicos, incluyendo el suelo, elementos como puertas y paredes, así como muebles y otros obstáculos. A partir de esta información, junto con los datos de un sensor de medición inercial, el ordenador de a bordo del bastón puede trazar un mapa de la ubicación precisa del usuario en el plano del edificio, al tiempo que le alerta de los obstáculos que se encuentran en su camino.