Entre Cielo y Tierra: “Sobre la protección del patrimonio artístico en museos y otros espacios”

Parte importante de los recursos incluidos en la oferta turística local e internacional la constituyen los museos, galerías nacionales de arte y otros espacios en los cuales se exhibe de manera permanente o temporal el patrimonio artístico relevante tanto nacional como internacional, representado por pinturas, esculturas, manuscritos, fotografías u otras expresiones artísticas de diferentes épocas y autores; su conservación y protección es de especial importancia tanto por el valor intrínseco de las obras como por la necesidad de preservarlas para el disfrute de las generaciones futuras.


El turismo se ha ido masificando a través del tiempo, y los espacios previstos en los museos, palacios y galerías se están quedando pequeños, haciéndose cada día más dificiles de manejar en cuanto al resguardo de la seguridad de las obras de arte allí contenidas. El museo de Louvre en París recibió 8 millones de visitantes en 2023, es decir, casi 22.000 personas al día, mientras que el museo de D´Orsay, también en París, se estima recibió 3 millones de visitantes en 2023. En el museo de Louvre recién este 27 de
enero 2024 se reportó un nuevo intento por dañar la famosa obra de Leonardo Da Vinci –La Gioconda-, conocida en español como la Monalisa. En 1972 un hombre causó serios daños a la conocida obra de Miguel Ángel –La Piedad-, dentro de las instalaciones de la Catedral de San Pedro en Roma, Italia; tambien en otra ciudad italiana, Florencia, dentro de la Galería del Uffizi, un hombre, quien dijo estar desempleado, atacó a martillazos la escultura –El David– también de Miguel Ángel. En 2022 varios museos en New York, Berlín, La Haya, Viena y Milán, reportaron agresiones importantes a diferentes obras famosas dentro de sus museos y galerías. Todos estos ataques contra el patrimonio cultural, independientemente de las motivaciones individuales de los agresores o de su condición mental, preocupan inmensamente a las autoridades culturales, turísticas y policiales, ya que además del daño que han ocasionado a las obras atacadas, crean una alerta internacional de como proteger las importantes colecciones de los museos y las colocadas en espacios abiertos.

 

Hace unos diez años, visitando el Museo D´Orsay de París quedé impresionado con el inmenso volumen de obras de arte impresionista de artistas como Monet, Manet, Pissarro, Morisot y Renoir. Se considera que en el se encuentra la mas grande colección de pinturas de estos maestros de las artes plásticas. Las colas, tanto para entrar al museo como para visitar las diferentes salas eran interminables y me sentí bastante incómodo con la situación, ya que entre las obras colocadas en las paredes y el público apenas si había un espacio de aproximadamente 60 cm delimitada por unos cordones de terciopelo, y mucha gente, a pesar de estar prohibido, tomaba fotos con flash o intentaba tocar las pinturas, ante lo cual los vigilantes de seguridad resultaban insuficientes e inefectivos, además, los niños deambulaban dentro del espacio de separación y protección, perseguidos por los oficiales de seguridad. Cualquier obra de las allí expuestas, por pequeña que sea, está valorada en decenas o centenas de miles de euros, y ha habido suerte de que no hayan varias de ellas. La verdad es que hay tantas obras en dicho museo que se podrían hacer dos museos adicionales para poder redistribuir las mismas y hacer mas segura su protección ante los visitantes maleducados o malintencionados.

Pienso que ante la masificación del turismo, habrá que tomar nuevas medidas de protección que incluyan la prohibición de ingreso de objetos que puedan ser usados para dañar las obras, de desconcentración de las colecciones, y de educación de los visitantes apoyándose con la moderna tecnología e incluyendo la inteligencia artificial. Quizá es tiempo de pensar en nuevos tipos de museos en donde la obras se puedan ver y disfrutar pero no tocar. La Monalisa de Louvre se salvó porque la sopa que le tiraron las damas que protestaban por diferentes razones cayó en el vidrio protector, pero los daños pudieron haber llegado a la obra.

Willian J. Bracho
Abogado, Especialista en Dº de la Navegación
Maestría en Gerencia del Turismo Sostenible
wjbracho@yahoo.com

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