Costa Rica cuenta actualmente con 294 oficiales activos y destacados en la Policía Turística, con el objetivo de garantizar la seguridad física, patrimonial y emocional de los turistas nacionales e internacionales, mediante la implementación de medidas preventivas, como la vigilancia en áreas recreativas, la generación de conciencia sobre los riesgos potenciales y la colaboración con autoridades locales, todo para garantizar una experiencia segura y placentera para los viajeros.
De la mano de capacitación en áreas sensibles, 240 oficiales también reciben formación en un segundo idioma. Esta unidad especializada, cuenta con 55 oficiales bilingües en inglés, 5 en francés, 3 hablan varios idiomas y 177 tienen formación básica de inglés, lo que les permite ayudar con mayor facilidad a los turistas y crear un entorno seguro en los destinos turísticos más visitados mediante la implementación de acciones proactivas y articuladas, con una policía especializada.
Los esfuerzos de capacitación se unen a una serie de convenios del Instituto Costarricense de Turismo (ICT) junto al Ministerio de Seguridad Pública (MSP), como la inversión para compra de equipos y construcción de delegaciones como en Tamarindo y Playa Panamá en Guanacaste.
Una de los más recientes por parte del ICT es el aporte de ¢640 millones para la construcción de las nuevas delegaciones policiales de Santa Teresa y Cahuita en el mediano plazo. Este presupuesto fue girado a finales de octubre del año pasado, con el objetivo de impactar positivamente a los turistas y pobladores de las zonas de Cóbano en Puntarenas y Cahuita en Limón.
La policía turística mantiene presencia en 11 zonas distintas del país, entre las que destacan la región Chorotega, Pacífico Central, Huetar Atlántica, Huetar Norte, Brunca, Golfito y el Valle Central.
Como parte de las acciones preventivas destacan la coordinación entre empresa privada, sector público y medios de comunicación, charlas en centros educativos, campañas de información, acercamientos con la oficina de atención al turista, refuerzo de personal en aeropuertos, información preventiva de atención a la víctima y la creación del Grupo de Apoyo Turístico (GAT).