Un reciente informe de COCHA Travel Insights revela una transformación profunda en la manera de viajar de las nuevas generaciones, para quienes el viaje ya no es un lujo ocasional, sino una forma de vida. Tanto Millennials como Gen Z buscan destinos que les permitan expresarse, crecer y vivir en coherencia con sus valores.
La conexión cultural y el bienestar emocional emergen como principales motivaciones. Como explica Daiana Mediña, Head de Brand & PR de COCHA, el viaje es ahora una herramienta de desarrollo personal, que puede ir desde un retiro de yoga hasta una experiencia inmersiva en las raíces de América Latina.
El 88 % de los jóvenes elige destinos tras verlos en redes sociales, siendo TikTok, Instagram y YouTube los grandes referentes. Esta preferencia por lugares “compartibles” visualmente ha impulsado tendencias como el set-jetting, con viajes a locaciones de series populares.
Hay un marcado interés por destinos emergentes y menos masificados, como los Balcanes, Georgia, el sur de Chile, Perú y Tailandia, que ofrecen autenticidad y un impacto emocional significativo. Además, los jóvenes optan cada vez más por viajes flexibles, con experiencias como el workation (trabajar mientras se viaja) y el slow travel, priorizando quedarse más tiempo en un solo lugar y vivir como locales.
Más del 70 % de Gen Z prefiere gastar en experiencias antes que en bienes materiales, y el 56 % de los Millennials considera que viajar forma parte de su identidad. Como resume Mediña: “Hoy, el viaje es parte del currículum emocional de una persona”.
En 2025, los itinerarios no solo se mueven por mapas, sino por emociones. Desde COCHA, se apuesta por paquetes diseñados para quienes entienden que viajar es una forma de vivir, no una pausa ocasional.