Los viajeros podrán volar a partir de 2020 tras pagar un billete de 50 millones de dólares
A partir del año que viene será posible irse de vacaciones al espacio, previo pago, eso sí, de un billete por el módico precio de 50 millones de dólares.
La Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de Estados Unidos (NASA) anunció este viernes que permitirá la entrada de turistas en la Estación Espacial Internacional a partir de 2020. Si el flujo de billetes es adecuado, la agencia también permitirá rodar anuncios publicitarios.
La decisión fue comunicada en una rueda de prensa celebrada en Nueva York y marca un punto de inflexión en la política de la NASA, puesto que la explotación comercial de la estación se limitaba hasta ahora a los experimentos científicos. «La NASA abrirá la Estación Espacial Internacional a las oportunidades comerciales», dijo Jeff DeWitt, director financiero de la agencia.
Este cambio refleja la voluntad de la NASA de expandir sus actividades comerciales en varios frentes, y se produce después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pusiese el objetivo de mandar astronautas a la Luna en 2024 por medio de Artemisa, el programa que sucederá al histórico Apolo.
Un billete por 50 millones
Los turistas que quieran embarcar la estación espacial tendrán que pagar 50 millones de dólares por un asiento. Adicionalmente, la NASA cargará a los turistas una cantidad que rondará los 35.000 dólares por noche. A cambio, los viajeros obtendrán alimento, dormitorio y comunicaciones. «Pero no será como dormir en el Hilton», reconoció DeWitt. Pero las buenas vistas están garantizadas: la estación está a 400 kilómetros de altura y da una vuelta a la Tierra cada 90 minutos.
Además, la NASA cobrará a las compañías hasta 18.000 dólares por cada kilogramo que entre y salga de la estación y 17.500 por cada hora que pasen allí los astronautas. Las cifras palidecen al recordar que, hasta ahora, el laboratorio les ha costado a los contribuyentes estadounidenses alrededor de 100.000 millones de dólares.
Según explicó ayer Robyn Gatens, uno de los responsables de la estación orbital, se autorizarán hasta dos viajes privados por año, con una duración máxima de 30 días cada uno.
Dos compañías privadas, Boeing y SpaceX, serán las responsables de hacer posibles estos viajes. Ellas pondrán los cohetes y las cápsulas tripulables y, además, se asegurarán de que los tripulantes cumplen con los requisitos médicos de la NASA, así como con el entrenamiento y las certificaciones necesarias para ir al espacio.
Este es un paso más en el estrechamiento de lazos comerciales entre la agencia espacial y ambas compañías, que ya están llamadas a enviar astronautas a la estación espacial desde suelo estadounidense por primera vez en casi una década. Hasta ahora este cometido dependía de las lanzaderas rusas Soyuz. Además, la agencia también está colaborando con estas y otras compañías, como Lockheed Martin Corp o Blue Origin, para diseñar una futura estación espacial lunar.
Ayer, las autoridades reconocieron desconocer cuántos beneficios botendrán. No adelantaron si hay muchos viajeros interesados ni qué acogida tendrá esta iniciativa en el sector comercial: «No tenemos ni idea de qué tipo de creatividad y qué ideas de, literalmente, otro planeta, vendrán de la industria privada», dijo Bill Gerstenmaier, líder de la sección de exploración humana de la NASA.
Campaña publicitaria
«Es un movimiento inteligente en la política de la NASA, porque implica a un rango mayor de la industria y porque incrementa la visibilidad del espacio y de la estación espacial», dijo en The Washington Post Carissa Christensen, CEO de la consultora Bryce Space. «Sin embargo, es probable que los beneficios obtenidos por el turismo y los rodajes estén más relacionados con las relaciones públicas que con los retornos financieros».
La NASA necesita más dinero. Recientemente solicitó un aumento de presupuesto de 1.600 millones, pero se espera un incremento mucho mayor para cumplir con el objetivo de llegar a la Luna en 2024. Para Estados Unidos es estratégico hacerlo antes que China, cosa que se espera que ocurra en la década de los treinta.
El anuncio de ayer implica que los turistas volverán a la estación por primera vez desde de que Rusia finalizase estas misiones en 2010. Los rusos enviaron a siete turistas, previo pago de 20 a 40 millones de dólares.
Fuente: elmundoalinstante.com