Definitivamente habrá que crear una sección de ‘viajes espaciales’ en Preferente porque en apenas nueve días ha habido ya dos vuelos comerciales. El segundo ha sido protagonizado por Jeff Bezos, el hombre más rico del planeta, que ha tenido que pasar por le vergüenza de llegar segundo, aunque empezó mucho después que Branson.
La compañía de Bezos, Blue Origin, se erige en competidora de Virgin Galactic. Bezos matiza su condición de segundón diciendo que “esto no es una competencia”; “el primero que estuvo en el espacio fue Yuri Gagarin, y eso fue hace mucho tiempo”, aseguró en la NBC.
Blue Origin nació en 2000 con el objetivo de algún día construir colonias espaciales flotantes con gravedad artificial donde millones de personas pudieran trabajar y vivir. El cohete New Shepard de Blue Origin “es solo el comienzo”, dijo Bob Smith, director ejecutivo de la compañía. Blue Origin pretende algo diferente a sólo turismo espacial, que parece el objetivo central de Branson.
El propulsor New Shepard, con una cápsula que transporta a cuatro personas, despegó a las 8 de la mañana del mismo día en que el hombre llegó a la Luna, aunque cincuenta y dos años después.
Junto a Bezos estaba su hermano Mark, Wally Funk, de 82 años, y el primer cliente de pago de Blue Origin, el holandés Oliver Daemen, de dieciocho años.
La tripulación pasó unos minutos a 106 kilómetros de altitud, seis kilómetros más allá de la línea Karman, el límite internacionalmente reconocido entre la atmósfera y el espacio de la Tierra, y veinte kilómetros más lejos que Richard Branson. Podrán admirar la curva del planeta azul y el negro profundo del resto del universo, desde grandes ventanales que conforman un tercio del área de la cabina.