Valle del Biobío se consolida como nuevo polo del enoturismo chileno

El Valle del Biobío hoy deviene un renacimiento dentro de la escena vitivinícola chilena. Hace un año atrás la zona más austral de Chile contaba con apenas 8 viñas que hoy se han multiplicado por tres, sumando ya 25, lo que representa cerca del 5% del total nacional. Ellas  no son solo la base de sus vinos sino también el catalizador de su enoturismo.


Así se confirmó durante la recién concluida Cumbre Global de Enoturismo Responsable de la OMET, en Yantai, China, donde fue reconocida por su modelo de integración territorial, destacando su capacidad para articular a distintos actores en torno al desarrollo del enoturismo. Se trata, sin dudas, de uno de los mejores momentos para la región ante una caída sostenida en producción y exportaciones.

El dinamismo del Biobío lo debe no solo al entusiasmo del sector, sino también a la lógica económica que premia la venta directa. Y es que para muchas viñas pequeñas y medianas, vender en bodega resulta hoy más rentable que exportar.

Biobío: antes y después 

Aunque históricamente quedó fuera de las rutas del vino más consolidadas como Colchagua y Casablanca, el Biobío ha comenzado a ganar visibilidad. En conversación con Fernanda Abos Padilla Cárez, gerente comercial de la turoperadora Ayekantun, con base en la ciudad de Los Ángeles, en el Biobío, explicó los fundamentos y bases de la gestión de la empresa en favor del enoturismo de la región.

Actualmente, la compañía se dedica tanto al turismo como al transporte, lo que permite ofrecer un servicio integral a quienes visitan la región o el país, dijo a Excelencias Gourmet.

Sobre la fuerza del enoturismo en el Biobío, Abos recalcó el valor vitivinícola y enoturístico de la zona a pesar de la juventud de sus viñas. El objetivo hoy, señaló, es posicionar el Biobío como un lugar de interés para turistas de todo el mundo.

En materia de servicios y atractivos, el 90% de sus viñas ofrece recorridos y catas, muchas veces acompañadas de gastronomía local. Asimismo, la experiencia enoturística se enriquece con opciones de alojamiento que van desde cabañas rústicas hasta hoteles boutique, donde se privilegia el contacto con la naturaleza.

El caso del Biobío resulta entonces un caso de éxito al que muchas regiones podrían tomar como referente si se apuesta por aplicar un modelo donde confluyan enoturismo, transporte y desarrollo local.

excelenciasgourmet.com

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