En 2024, China ha hecho anuncios significativos sobre su innovadora línea de trenes con levitación magnética, los cuales tendrán la capacidad de alcanzar velocidades de hasta 1.000 kilómetros por hora.
Esta velocidad supera a la de los aviones comerciales, que vuelan entre 850 y 900 km/h. Este logro plantea importantes preguntas sobre cómo se ha logrado tal avance en el transporte masivo.
Los trenes maglev que actualmente operan en otras partes del mundo no alcanzan ni siquiera los 500 kilómetros por hora. China, con su tren en Shanghai que viaja a 460 km/h, apunta a una impresionante velocidad de 1.000 km/h.
¿Cuál es el secreto detrás de esta capacidad?
La clave radica en una combinación de tecnología de levitación magnética superconductora y la implementación de tubos de vacío.
El uso de un sistema que opera en un tubo al vacío minimiza la resistencia aerodinámica y reduce la fricción mecánica, dos de los principales obstáculos para los trenes maglev convencionales.
Con la mayor parte del aire extraído, el tren enfrenta menos resistencia a altas velocidades, lo que le permite alcanzar su máxima rapidez con menor consumo energético.
Además, los potentes imanes superconductores permiten que el tren flote sobre la vía, eliminando la fricción entre el tren y los rieles, y proporcionando un movimiento mucho más eficiente.
