El objetivo es resistir un tiempo sin apenas ingresos a la espera de que estos se concentren en la víspera del pico de temporada alta
Las empresas ciñen los recortes de cara a no quedarse faltos de efectivos una vez la coyuntura del consumo cambie
Las empresas turísticas de todo tamaño se han marcado el objetivo obligado de aguantar unas cinco semanas, el periodo previsible hasta que pase lo peor de la crisis sanitaria por el coronavirus, con el fin de estar listos de cara al momento en el que llegue una recuperación de las ventas. Un repunte del que existe confianza que llegará, tras un tiempo difícil que va a requerir de medidas laborales como reducciones de jornadas y despidos, ante la ausencia de recortes de impuestos por la situación extraordinaria.
Los gigantes turísticos españoles, como son Iberia, Meliá, Air Europa o Halcón Viajes, ya han anunciado a sus empleados que, como el resto de grandes empresas mundiales –Marriott, Ryanair, Expedia, Lufthansa o British Airways–, van a tener que, en este periodo de varias semanas de aguante, recortar sueldos y empleo de cara a resistir un tiempo sin apenas ingresos a la espera de que estos se concentren en la víspera del pico de temporada alta.
La extraordinaria situación por la pandemia del coronavirus va a obligar a las aerolíneas estas semanas a dejar el grueso de sus aviones en tierra, paralizando de modo inaudito a toda la industria de los viajes y hoteles, en un periodo en el que las empresas van a tener que afrontar una aguda caída de ingresos de al menos un mes, mientras sus costes no podrán en este mismo tiempo reducirse en el mismo grado ni con sus actuales medidas especiales.
Así, el objetivo de todas las empresas turísticas es aguantar alrededor de un mes con unos gastos por encima de sus ingresos, pero teniendo que ceñir los recortes de cara a no quedarse faltos de efectivos una vez la coyuntura del consumo cambie, como está ocurriendo en China después de haber pasado la población unas semanas en cuarentena, tras las cuales se están recuperando una sucesión de noticias alentadoras.
La paralización de la actividad económica por la cuarentena, y el hecho que implica que el consumo toque fondo, se espera que haga entrar en una posterior espiral inevitable de haber dejado atrás lo peor, que es una diferencia decisiva con la última crisis iniciada en 2008, sobre la que no había certezas de cuándo se saldría, lo que alienta que la meta de las empresas turística sea aguantar de cara a estar listos a una recuperación que puede ser aguda.