Siguen las bajas entre las navieras más pequeñas. Ahora, la alemana FTI Cruises, que opera el Berlin, dejará de operar antes de fin de año.
Como parte de una completa reestructuración a causa de la pandemia global, la unidad de negocios de cruceros del alemán FTI Group desaparecerá el 1º de noviembre, cuando concluye su año fiscal,
Con ello se convierte en la cuarta línea de cruceros que deja de operar en la actual crisis.
Previamente, FTI Group había despedido al 20 % de sus empleados y cerró otras subsidiarias, como una agencia dedicada los viajes de negocios, y otra que administraba hoteles en varios países.
Hasta ahora, FTI Cruises había estado operando un solo crucero de lujo, el Berlin, de 10.550 toneladas brutas 139,3m de eslora, 18m de manga 210 cabinas, 180 tripulantes y capacidad para recibir hasta no más de 420 huéspedes.
Al hacer el anuncio del cierre, la compañía, que también comercializaba cruceros en una gama de otras navieras, agregó que aún no decidió qué haría con el Berlin. Las alternativas serían la venta o el desguace.
El Berlin de FTI Cruises
FTI había comprado el Berlin en agosto de 2011, y a partir de entonces comenzó a ofrecer al mercado alemán cruceros por el Caribe, principalmente, pero también por el Mediterráneo y norte de Europa.
Al declararse la pandemia global en marzo último, el Berlin se encontraba en Málaga (España) y permanece allí desde entonces.
El astillero HDW (Howaldtswerke Deutsche Werft) lo construyó en 1980 en Kiel (Alemania) y originalmente la agencia de turismo alemana Deilmann lo operó para realizar cruceros por Asia con el nombre de Princess Masuhri.
En 1986 se alargó insertando 16,8m de eslora, para incrementar su capacidad original de 330 huéspedes hasta los 420 de la actualidad.
Entre tanto, en 2004 había sido adquirido por Saga Cruises, que lo rebautizó Spirit of Adventure. Y surcó los mares con ese nombre hasta que en 2011 lo vendió a FTI , que le dio su nombre actual.
Las Que Se Quedan en el Camino
En las últimas semanas, otras tres líneas de cruceros ‘pequeñas’ fueron a la quiebra, jaqueadas por la inactividad que impuso la expansión del Covid-19.
La más reciente había sido la española Pullmantur. Antes, la británica Cruise and Maritime Voyages (CMV), con operaciones en el Reino Unido, Alemania y Australia.
Previamente, la finlandesa Birka Cruises, especialista en cruceros cortos por el Báltico desde Estocolmo (Suecia), había anunciado que también finalizaría sus operaciones.
Mientras tanto, las ‘grandes’ fueron relativamente exitosas en sus intentos por obtener financiación para sobrellevar el largo el período de inactividad.
Sin embargo, todas sin excepción debieron ajustar sus gastos, replanificar y sus itinerarios y reducir su staff.
Incluso el grupo que se considera el más grande del mundo, Carnival Corporation, anunció recientemente que reduciría sus operaciones en el período post-pandemia y que se desprendería de nueve barcos dentro de un total de 13 que ya están dejando de prestar servicio para bajar costos.