La decisión de la Unión Europea de pedir a los Estados miembros que impidan el acceso de cualquier pasajero no esencial procedente de Estados Unidos, recomendación no vinculante, supone una nueva losa en el arduo camino de la recuperación de las compañías aéreas.
La reacción de la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) no se ha hecho esperar. Su director general, Willie Walsh, lamenta que la medida “es decepcionante tanto para las empresas como para las personas que dependen de los viajes”.
A su juicio, “los datos de Estados Unidos y de Israel respaldan el valor y el beneficio de la vacunación”. Por ello, y dado que los propios gobiernos de ambos países “instan con razón a sus ciudadanos a que se vacunen”, Walsh reclama que “confíen ellos mismos en los beneficios que trae consigo el avance de la vacunación y apuesten por dar libertad para viajar”.
“Como mínimo, quienes estén vacunados con la pauta completa deberían poder moverse sin restricciones”, exclama el líder del lobby aéreo.
La decisión de la Unión Europea supone un nuevo revés para las dos aerolíneas españolas más dependientes de la larga distancia. Tanto Iberia como Air Europa están ahora promocionando sus vuelos a Estados Unidos, desde donde podían traer y llevar americanos sin cuarentenas, con sendas políticas de precios rompedoras.