Los estudiantes del Colegio Guayamurí en Margarita están llevando a cabo un proyecto innovador llamado “Una mano amiga” en el que crean prótesis para personas amputadas.
Este programa comenzó hace un año con estudiantes de diferentes grados que comparten un interés común: utilizar impresoras 3D para ayudar a aquellos que necesitan prótesis pero no pueden acceder a ellas.
La cirujana pediátrica Musa Eekhout, representante de la institución, explicó que el objetivo era brindar una alternativa a las personas que sufren debido a la falta de manos o brazos. Las prótesis de última generación pueden ser extremadamente costosas, con precios que oscilan entre los 20 y 30 mil dólares, lo cual es inaccesible para muchos debido a la situación económica del país y la realidad de los centros de salud. Es por eso que este proyecto social del Colegio Guayamurí es tan importante.
La primera prótesis donada fue para un niño de 10 años que perdió un brazo en un accidente de moto. Antes de unirse al proyecto “Una mano amiga”, el niño se sentía aislado y no quería interactuar con nadie. Sin embargo, una vez que comenzó a usar la prótesis, su actitud cambió y volvió a disfrutar de la vida escolar. Este caso es solo uno de los muchos ejemplos de cómo estas prótesis están mejorando la vida de las personas.
El proyecto también ha ayudado a un ex trabajador del Metro de Caracas que sufrió un accidente laboral y a una persona que ha estado amputada durante varios años. Los estudiantes, liderados por Hassan Hamoud, un estudiante de tercer año y miembro de “Una mano amiga”, se dedican a crear estas prótesis que están cambiando la vida de las personas.
Hassan se unió al proyecto debido a su pasión por la impresión 3D y su deseo de ayudar a los demás. Él cree que este proyecto es maravilloso y anima a más compañeros a unirse, ya que aprenderán, se conectarán emocionalmente y disfrutarán del proceso. No se trata solo de proporcionar una prótesis, sino de permitir que las personas se sientan mejor consigo mismas y tengan una mayor capacidad para llevar a cabo sus actividades diarias.
El programa “Una mano amiga” es un ejemplo inspirador de cómo los estudiantes pueden utilizar su conocimiento y recursos para marcar una diferencia significativa en la vida de las personas.