Recientemente, la UNESCO ha declarado al casabe como patrimonio inmaterial de la humanidad, un reconocimiento que une la identidad cultural de varios países, incluyendo Venezuela, Cuba, República Dominicana, Honduras y Haití.
Esta declaración no solo resalta la importancia del casabe en la cultura, sino que también celebra la rica historia detrás de este alimento tradicional.
La yuca, una raíz tuberosa originaria de la región amazónica y domesticada hace más de 8.000 años, fue el ingrediente principal para elaborar este pan ácimo. Su cultivo, junto al del maíz, permitió a las comunidades indígenas establecerse y desarrollar una agricultura sofisticada.
El casabe, elaborado tradicionalmente con yuca brava o amarga (para eliminar su toxicidad), era un alimento básico en la dieta de los pueblos originarios, por lo que es más que un simple alimento, es un símbolo de la identidad cultural de diversas naciones caribeñas y de América Latina.
La declaración de la UNESCO al casabe como patrimonio inmaterial de la humanidad no solo promueve su preservación, sino que también fomenta la valorización de la cultura culinaria en las naciones involucradas.
Al reconocer el impacto del casabe, se espera que las generaciones futuras mantengan vivas las tradiciones asociadas con su preparación y consumo, fortaleciendo la identidad cultural.