El Aeropuerto Internacional de Tocumen ha intensificado su monitoreo ante la llegada de millones de aves migratorias que cruzan Panamá desde Norteamérica hacia Sudamérica. Este fenómeno natural, que se desarrolla desde agosto hasta mediados de diciembre, exige un control riguroso para garantizar la seguridad de las operaciones aéreas.
El equipo de control de fauna del aeropuerto, encabezado por Melissa Hinds, trabaja en estrecha colaboración con la red de advertencia temprana, la torre de control y otras entidades para prevenir impactos relacionados con la migración. Desde el inicio de este periodo, se emiten NOTAMs y circulares informativas para alertar a los usuarios sobre la situación que involucra a especies como el gavilán aludo y el águila del Misisipi.
Durante las horas críticas de migración, que suelen observarse entre las 08:00 am y las 5:00 pm, el personal del aeropuerto se posiciona estratégicamente para reportar avistamientos. En caso de concentraciones de aves, se llevan a cabo dispersiones mediante pirotecnia de altura para minimizar las colisiones con aeronaves. Estas medidas son fundamentales para preservar tanto la seguridad de los vuelos como el equilibrio ecológico en Panamá.