La cuenca hidrográfica del canal de Panamá cerró octubre como uno de los meses más secos de la historia, de ahí las medidas de ahorro adoptadas para conservar y usar más eficiente el agua.
Entre las regulaciones sobresalen la eliminación de la asistencia hidráulica en las esclusas panamax durante el tránsito de buques, pues la acción implica un mayor uso del vital líquido.
En su lugar, actualmente se aplica el sistema de esclusajes cruzados, que consiste en enviar agua entre los dos carriles de las compuertas para reducir su vertido al mar, precisó la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) en un comunicado de prensa.
A esto se suma el tránsito de dos barcos al mismo tiempo (esclusajes simultáneos), en la medida que las dimensiones de ambos lo permita, el uso intensivo de las tinas de ahorro de agua en las esclusas neopanamax y la suspensión de la generación de energía en la hidroeléctrica de Gatún.
Las bajas precipitaciones provocaron que el nivel de este embalse y el de Alhajuela, que abastecen de agua a la mitad de la población del país, estén muy por debajo del promedio, con el riesgo de no alcanzar los márgenes adecuados para enfrentar la temporada seca (noviembre-marzo).
De mantenerse la tendencia, refiere el texto de la ACP, los diques dependerán de lluvias extraordinarias como las ocurridas en 2010 para que Gatún y Alhajuela alcancen niveles suficientes, que permitan atender la demanda de agua de la población y para las operaciones del canal.
Según monitoreos de la ruta interoceánica, al cierre de octubre las precipitaciones representaron un 35 por ciento menos del promedio histórico, registro que lo ubica como el tercero más bajo de los últimos 70 años, tendencia muy similar a la reportada durante lo que va de 2019.
Los efectos del cambio climático y particularmente de la sequía también se refleja en varias regiones del país, lo que motivó la declaración de estado de emergencia en las provincias de Coclé, Colón, Darién, Herrera, Los Santos y Veraguas.