En Venezuela, las tradiciones que se mantienen para despedir el año son una manifestación del rico tejido cultural del país. Estas costumbres, que se transmiten de generación en generación, llenan de simbolismo y esperanza las celebraciones de fin de año, donde la familia se une para dar la bienvenida al nuevo año con optimismo.
Una de las tradiciones más emblemáticas es la de las doce uvas, una costumbre de origen español que ha encontrado un hogar especial en las mesas venezolanas. A la medianoche del 31 de diciembre, los venezolanos comen una uva por cada campanada mientras piden un deseo para cada mes del año venidero. Esta práctica es vista como un ritual que atrae la buena suerte y garantiza un futuro lleno de éxitos, tal como menciona Clara Reyes, quien a sus 68 años sigue manteniendo esta tradición viva en su familia.
El uso de ropa interior de colores es otra costumbre popular que busca influir en el año próximo. Cada color tiene un significado: el amarillo para la prosperidad, el rojo para el amor y el blanco para la paz. Sofía Reyes, de 52 años, enfatiza la importancia de transmitir estos rituales familiares, ya que están cargados de intención y simbolismo que fomentan la conexión y las esperanzas de un año nuevo próspero.
Además, la limpieza del hogar, que simboliza la eliminación de energías negativas del año viejo, es una práctica fundamental. En la familia Gámez, esta costumbre se mantiene gracias a la sabiduría de la abuela Nidia, quien, aunque ya no puede realizar muchas actividades, asegura que la casa esté lista para recibir el nuevo año. Estas tradiciones, a pesar de los cambios, siguen siendo un punto de encuentro con el pasado y un anhelo por un futuro mejor.