El aviturismo, orniturismo o turismo de observación de aves, es una forma de ecoturismo que se centra en la observación y estudio de las aves en su hábitat natural.
El aviturismo, como ecoturismo especializado, se enfoca en la observación de aves y su entorno natural, así como promueve la conservación y protección de los ecosistemas. Esta actividad implica viajar a un destino para observar y aprender sobre la avifauna local. Los avituristas están conscientes de la necesidad de proteger el medio ambiente y se esfuerzan por minimizar su impacto en la naturaleza. Como actividad recreativa y educativa, permite disfrutar de la belleza de las aves, aprender sobre su comportamiento y la importancia de su conservación.
La Organización Mundial del Turismo define turismo sostenible como: “El turismo que tiene plenamente en cuenta las repercusiones actuales y futuras, económicas, sociales y medioambientales para satisfacer las necesidades de los visitantes, de la industria, del entorno y de las comunidades anfitrionas”.
El turismo sostenible persigue desarrollar su actividad generando un impacto mínimo sobre el medioambiente. La clave principal es que la explotación de un recurso sea por debajo del límite de renovación del mismo. Es decir, se trata de fomentar un turismo respetuoso con el ecosistema, con mínimo impacto sobre el medioambiente y la cultura local. Además, el aspecto económico busca la generación de empleo e ingresos de la población autóctona.
El aviturismo es una forma de turismo sostenible que permite disfrutar de la naturaleza, aprender sobre las aves y contribuir a su conservación.
El 10 de mayo se celebra el Día Mundial de las Aves Migratorias, por tal motivo el Laboratorio de Ornitología de la Universidad de Cornell organiza, dos veces al año, el Global Big Day, el evento de observación de aves más grande del mundo, por en el que miles de personas alrededor del mundo registran la mayor cantidad posible de especies de aves en libertad.
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