Las fiestas folklóricas son fenómenos sociales, de valioso contenido, que encierran variadas muestras de creación humana, mediante las cuales nuestra gente sencilla expresa tradicionalmente algunas de sus inquietudes, formas de pensar y reviven señalamientos ancestrales. “Constituyen un conjunto armónico cuyo valor artístico jamás podrá ser desmentido”.
Paradura del Niño
Con anticipación, los dueños de casa y del pesebre, invitan a los amigos, buscan músicos y cantores, quienes entonan cantos conocidos con el nombre de “versos del Niño Dios”, y nombran padrinos que protagonizan la ceremonia que se desarrolla con el paseo del Niño, el beso, la paradura, la adoración, las peticiones, el rosario del Niño, las letanías y el bendito.
Se entonan estrofas como estas:
Prendan ya las velas para que haya luz,
para celebrar al Niño Jesús.
Vengan al pasebre y lleguen pasito,
que el Niño en su cuna está dormidito.
Ya vamos, pastores, vamos a adorar
al recién nacido que está en el portal
En los medios rurales no se baila. La gente del campo considera este hecho como “uma imprudencia” o falta de devoción. En los centros urbanos, el baile constituye uno de los principales atractivos y con él rematan la jarana que, muchas veces, suele durar hasta el siguiente día.
Robo del Niño
Consiste en que cuando los vecinos del barrio observan que un amigo de confianza deja transcurrir los días sin hacer la Paradura, se ponen de acuerdo para robarle de su pesebre la imagen del Niño. De esa manera se obliga indirectamente se obliga a que el dueño de casa realice un festejo, durante el cual, la victima realiza la búsqueda del Niño perdido por los diferentes pesebres de la barriada.
Búsqueda del Niño Perdido
La persona víctima del robo del Niño, designa padrinos, viste a varios chicos de San José y María, pajes, pastores y reyes magos; acompañado de músicos y cantores, provistos de velas encendidas y ramos de flores, realizan una procesión, que parte de la vivienda donde fue hurtada la imagen, por el vecindario en solicitud del Niño perdido. Estallan cohetes y cantan:
Vamos en busca del Niño que del Portal se ha perdido,
vamos reyes y pastores, vamos padres y padrinos.
Después de visitar infructuosamente varias viviendas, al fin llegan donde encuentran al Niño. Allí se produce un intercambio de estrofas, colocan al Niño en un pañuelo que tiran por las cuatro puntas y, al son de música y fuegos artificiales, regresan en romería al hogar de donde el Niño había sido robado, donde se produce la Paradura del Niño.
Estas fiestas, de carácter religioso-hogareño, se celebran en casi todas las poblaciones de los estados Táchira, Mérida y Trujillo; también se practican en Barinitas (Barinas) y Biscucuy (Portuguesa). Su vigencia en el tiempo comprende desde el 1 de enero hasta el 2 de febrero. Dentro de este período cada familia celebra su correspondiente festejo.
Imagen: Yosoyvenezolano.com