Venezuela es un afortunado territorio en el que se conjugan en todos sus puntos cardinales lugares de excepcional belleza e los cuales su espíritu se siente maravillado por tanto derroche de color, movimiento, vida, en fin todas las cualidades que una naturaleza exuberante como solamente la del trópico puede exhibir.
Áreas de esplendorosa belleza escénica componen el Sistema de Parques Nacionales de Venezuela; entidad que acoge áreas que por sus características y riquezas genéticas son merecedoras a un régimen especial y protección amparadas por el Estado bajo legislación especial.
Los Parques Nacionales son extensas zonas diseminadas por el espacio territorial que colman Venezuela de paisajes difíciles de encontrar en otra nación. Cadenas montañosas, valles, playas, islas, mesetas, desiertos, impresionantes saltos de agua componen el mosaico de bellezas exuberantes que aglutinan los Parques Nacionales.
Un breve recorrido por algunos de los más resaltantes dará una idea: El Parque Nacional Henry Pittier, en la cadena litoral, tramo central de la Cordillera de Costa, en donde suavemente la montaña cae en paradisiacas playas, fue el primero en ser decretado en el país. Sierra Nevada, en la Cordillera de los Andes, presenta lagunas originadas por el retroceso de los glaciares que cubrieron la Sierra Nevada en la era cuaternaria. Guatopo, ramal interior de la Cordillera de la Costa, ambiente típico de selva tropical con abundante flora y rica fauna, su red fluvial es reserva de agua para Caracas. Yurubí, extensa zona de bosques protectores con cuencas hidrográficas y valles agrícolas en el Estado Yaracuy. Médanos de Coro, visión tropical del Desierto de Sahara, la gran capa de arena que se desplaza por el espacio aéreo, al ser depositado llega alcanzar hasta 20 metros de altura y sus superficies aparecen rizadas por la acción del viento. Laguna de la Restinga, en la Isla de Margarita, enorme cuerpo vegetal de manglares aferrado al tranquilo mar interior por millones de brazos de sus raíces, sombreada por boscosos manglares, hábitat permanente de bandadas de ibis escarlatas, garzas y garzones; las playas del istmo no son de arena sino de milenarios depósitos se conchas fósiles pulverizadas. Cueva de la Quebrada, importante cuenca hidrográfica en la Sierra de Falcón, donde encontramos la Cueva del Toro, enorme caverna natural de donde fluye la Quebrada El Toro, la más caudalosa corriente fluvial subterránea conocida en el país; la gruta sirve de morada a pájaros Guácharos. Mochima, en la costa oriente, Anzoátegui y Sucre, 52% zona marítima, 42% tierra firme y 6% islas. Laguna de Tacarigua, en el litoral marino del Estado Miranda, rica en manglares e islas, entre las desembocaduras de los ríos Guapo y Cúpira.
Hemos tratado de dar una pequeñísima visión de los dones con los que cuenta Venezuela. Estas extensas áreas naturales son patrimonio de todos los venezolanos; disfrutar de ellas es un derecho, pero cuidarlas es un deber, pues son patrimonio de las actuales y futuras generaciones.