El bitcoin ha ganado popularidad de unos años a esta parte, ya que se trata de una de las criptomonedas mejor valuadas en el mercado actual.
Una tendencia en los últimos tiempos es la aparición de las ciudadelas de bitcoin.
Ha surgido la aparición de diversos centros neurálgicos para seguir apostando por el valor de la criptomonedas. Sin embargo, es necesario recordar que las criptomonedas son activos altamente volátiles, y el precio de bitcoin no es una excepción, ya que este puede fluctuar, y de hecho fluctúa en gran medida, como se ha podido observar desde su salida al mercado.
Pero, ¿qué es una ciudadela de bitcoin? Es una “fortificación digital”, por decirlo de alguna manera, en la que se generan territorios específicos para que las comunidades de mineros de bitcoin puedan crear una economía circular, centrada únicamente en la acción de las criptomonedas. Estas sociedades centran su actividad en el uso exclusivo de las criptomonedas como método de transacción para todo.
Las ciudadelas de bitcoin, el primer paso hacia una economía digitalizada
La apuesta por las ciudadelas de bitcoin nació en 2019 en el pequeño poblado costero de El Zonte, en El Salvador. Una tendencia que en los últimos años se ha extendido hacia otros territorios como África, Filipinas, Australia y varios países de América Latina. El objetivo de estas comunidades es adoptar las criptomonedas -el bitcoin en este caso- como la fuente principal de la economía, por lo que no disponen de cuentas bancarias ni tarjetas de crédito.
De este modo, basan su modelo de vida en el uso de bitcoin, sin la intervención del Estado ni de los bancos centrales. Así, se crean comunidades que generan empleo, bienes y servicios sin el uso del denominado dinero fíat, con la única actividad económica de la citada criptomoneda. Entre este tipo de ciudadelas hay varios modelos, como las que están controladas por un CEO o las que se desarrollan mediante un plan comunitario y social.
No obstante, cada vez son más regiones de Europa las que se adhieren a este modelo, demostrando que la apuesta por el bitcoin va muy en serio. La creación de la Federación de Economías Circulares de Bitcoin, que reúne algunos de los proyectos más sólidos con este propósito, es una buena prueba de ello.
¿Por qué apostar por una ciudadela de bitcoin?
Adentrarse en el terreno de las criptomonedas y adoptarlo como un método de vida suele generar ciertas desconfianzas. A pesar de que cada vez es un modo de pago más instaurado en la sociedad, el recelo ante un modelo puramente digital está extendido por todo el mundo. Por ello, desde la propia ciudadela Bitcoin Beach de Guatemala se ofrecen los motivos por los que se debería confiar en la adopción de la criptomoneda como la única posibilidad para realizar cualquier tipo de actividad económica.
Tal y como publican en su portal web, su comunidad ha mostrado grandes avances desde su creación, basando su argumento en cuatro aspectos principales que los impulsan a crecer:
- Protección de los ahorros frente a la constante inflación.
- Ofrece la posibilidad de que cada miembro o empresa de la ciudadela disponga de su propio banco.
- Oportunidad de crear nuevos negocios, crecer con ellos y establecer una riqueza generacional fuera de los estamentos habituales.
- Un modelo financiero basado en la aceptación de pagos de cualquier individuo y cualquier lugar a un coste muy bajo.
Desde la ciudadela Bitcoin Beach, consideran que la apuesta por la criptomoneda les llevará estabilidad y prosperidad, además de garantizar el futuro de diversas generaciones que podrán crecer bajo el amparo de una economía apoyada en el bitcoin. Las principales bazas de esta comunidad en concreto se centran en el uso de las energías renovables para conseguir adquirir más valores en bitcoin, generando un flujo constante de crecimiento.
Por el momento, las ciudadelas de bitcoin son solo un pequeño refugio para una parte mínima de la economía mundial. Sin embargo, puede ser un primer paso hacia la descolonización económica, permitiendo que cada individuo pueda tomar el control de su dinero y generar sus propios incentivos financieros. Teniendo en cuenta la inestabilidad económica de la actualidad, puede ser una opción que vaya abriéndose paso con más fuerza, abriendo un nuevo camino en el modo de entender la economía.