Que un avión de pasajeros vaya a volar con baterías suena hoy por hoy pura ciencia ficción. Las baterías pesan demasiado para que si vuela el avión, pueda llevar pasajeros. Y no hablemos de cruzar un océano. Por eso, Airbus apuesta por el hidrógeno. Pero el hidrógeno tiene sus problemas. El
Un proyecto europeo de investigación permitirá capturar y reciclar el dióxido de carbono que emiten los grandes sectores industriales, como por ejemplo las cementeras o las refinerías, y transformarlo en combustible para aviación, utilizando para ello electricidad renovable y vapor de agua.