Entre Cielo y Tierra: “La Facilitación del Turismo y la Pandemia”

En las décadas de los 70´s, 80´s y 90´s la tendencia internacional era facilitar los viajes y todos los requisitos necesarios para el movimiento de personas, sus vehículos y equipajes. La prematura Convención de Nueva York sobre Facilidades Aduaneras para el Turismo (1954), veía por fin que su contenido no era letra muerta. La facilitación se convirtió en una expresión amplia que buscaba incorporar en su seno al turismo, al transporte y al comercio internacional, penetrando esquemas legales complejos como el aduanero, migratorio y sanitario; a tal punto se empezó a propagar la facilitación en estas áreas que muchos Estados y grupos de integración, emitieron decisiones, acuerdos, leyes, reglamentos, decretos, circulares, y otro tipo de instrumentos destinados a disminuir (o eliminar) los requisitos exigidos para la circulación internacional de las personas y sus bienes, así como de la carga.


En Europa se aprobó el Convenio TIR (1975), para el libre tránsito de la carga terrestre en dicho continente; también se aprobó el Convenio Schengen (1985), relativo al libre tránsito de personas, y los requisitos exigidos a estas, dentro del ámbito de los países de la Unión Europea que lo suscribieron. La Organización de Naciones Unidas (ONU), por su parte, promovió varios convenios para facilitar el transporte y el comercio internacional, siendo el relativo al Transporte Multimodal de Mercancías (1980), uno de los más importantes. En USA seinicia un interesante proceso de liberación del transporte aéreo bajo el nombrede Federal Airlines Deregulation Act (1978), y en Sudamérica la Comunidad Andina de Naciones (CAN) aprobó el primer esquema de cielos abiertos para el transporte aéreo dentro de un grupo de integración Decisión 297 (1991.Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia); MERCOSUR sigue el ejemplo con su Acuerdo de Fortaleza (1991); y los países del Caribe agrupados en dos bandos: La Asociación de Estados del Caribe (AEC) y el CARICOM, aprobaron sendos acuerdos multilaterales de transporte aéreo buscando la facilitación del turismo y el comercio. Poco a poco empezaron a surgir los Acuerdos de Cielos Abiertos entre países de corte liberal, y en líneas generales se fue liberando el transporte aéreo en Europa, Asia, Medio y Lejano Oriente, y África. Además, surgieron muchos acuerdos bilaterales y multilaterales sobre el libre tránsito del turismo en fronteras, y sobre cruceros y ferrocarriles.

La Organización Mundial del Turismo (OMT) estaba tan entusiasmada con el avance de la facilitación que coordinó varias reuniones preparatorias con miras a impulsar una Convención Internacional sobre esta materia, la cual eventualmente se realizaría en Budapest-Hungría.

En materia migratoria muchos países eliminaron las visas, o cambiaron estas por “Tarjetas de Turismo” que expedían las líneas aéreas bajo supervisión de los Estados. Sólo un grupo de países mantuvo rigurosamente el tema del visado obligatorio. En materia sanitaria, pocos países seguían exigiendo los certificados de vacuna contra la fiebre amarilla, la malaria o el cólera, debido a
que estas enfermedades estaban eliminadas o controladas en la mayor parte de los continentes.

Entrado el siglo XXI el mundo cambió, todos los avances en materia de facilitación migratoria y aduanera dieron marcha atrás en 2001 luego del ataque a las Torres Gemelas de New York (USA), mas adelante, la aparición de algunos virus peligrosos como el SARS en Asia (2003) y el Ébola en África (2014-2016), crearon una alerta sanitaria internacional que generó nuevas medidas restrictivas (sanitarias y migratorias) en la circulación de personas provenientes, o de tránsito por dichos continentes; sin embargo, el turismo sólo se vio afectado en ciertos contextos geográficos, y las autoridades sanitarias internacionales coordinaron con las locales las medidas necesarias para la no propagación de dichas epidemias.

LA CRISIS ACTUAL

El aparecimiento de un nuevo virus en China, de fácil y rápida propagación (Coronavirus-Covid-19), cambió en menos de 90 días el panorama mundial del turismo y el transporte aéreo. Nadie se imaginaba que las medidas iban a ser tardías, por un lado, y sumamente violentas y no coordinadas internacionalmente, por el otro, lo cierto es que, en pocos días, a mediados del mes en curso, el turismo mundial, con llegadas superiores a los 1.500 millones de visitantes, estaba prácticamente paralizado.

Hasta la fecha las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud señalan que se está llegando a la cifra de 450.000 infectados en todo el mundo.

Mas de 6.500 aeronaves de transporte aéreo y cientos de buques de cruceros se encuentran inmovilizados en tierra o puertos, buscando donde ser acomodados y bien resguardados durante un tiempo indefinido por ahora.

Cerca de 30 millones de empleados directos e indirectos de líneas aéreas, entre ellos más de 250.000 pilotos, están en sus casas, despedidos, en cuarentena o trabajando remoto.

En otras actividades de hotelería y turismo, incluyendo los prestadores de servicios terrestres, cruceros, recreación, guiatura, alimentación y bebidas, se estima que pueda haber otros 150 millones de personas “parados” en todo el globo terráqueo. La situación se agrava en la medida que pasa el tiempo y no hay certeza de cómo se podrá revertir la crisis.

Entre las pocas conclusiones que hasta ahora podamos sacar, están: las naciones en general no estaban preparadas para una pandemia de esta magnitud; ausencia de estrategias internacionales preestablecidas a través de la Organización Mundial de la Salud; cada país ha tomado las medidas que le parecen apropiadas y urgentes; se observa una ausencia de coordinación de las acciones tomadas, creando una situación difícil para las economías en general; decenas de miles de viajeros quedaron atrapados fuera de sus respectivos lugares de residencia sin que existan planes coordinados para su repatriación; el tiempo pasa y no se conocen cuales acciones conjuntas habrán de tomarse.

Finalmente, las recomendaciones que se están proponiendo desde diversas latitudes apuntan a que es necesario y urgente que se coordine un plan internacional para:

  1. Ayuda humanitaria, con medicinas, alimentos y material médicofarmacéutico incluidos tapabocas protectores, guantes y líquidos para eliminación de virus y bacterias, hacia aquellos países que así la requieran;
    2. Preparación y dotación inmediata de hospitales y clínicas para poder detectar a los infectados y aislarlos si es necesario. Asimismo, es necesario habilitar otros centros para la detección temprana o atención de infectados.
    3. Vuelos especiales para la repatriación a sus lugares de residencia, de aquellos pasajeros que se compruebe no estén contaminados con el virus;
    4. Coordinación y aceleración de los procesos para la fabricación y distribución de vacunas que inmunicen a la población sana contra el coronavirus; y
    5. Apoyo económico a las empresas y personas que se encuentran paradas por la cuarentena impuesta, de manera que dispongan de recursos para evitar el cierre, las primeras, y para poder adquirir comida y medicinas, las segundas.

Seguramente surgirán otras recomendaciones sobre acciones importantes para mitigar la crisis. Había pasado un siglo desde la última gran pandemia. La facilitación se transformó por ahora en restricción. Amanecerá y veremos.

Willian J. Bracho Rojas
Abogado, MSc. en Gestión del Turismo Sostenible
Especialista en Derecho de la Navegación
willianbracho@estrategaconsulting.net
Instagram: @estratega_consultores_wb

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