La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) cuestionó la decisión del Departamento de Transporte de Estados Unidos (DOT) y la administración de Joe Biden de obligar a las compañías aéreas a ofrecer compensaciones económicas a los viajeros por retrasos y cancelaciones de vuelos. Según la IATA, esta medida conllevaría a una elevación en el costo de los vuelos.
La IATA argumenta que las compañías aéreas ya ofrecen comidas o vales a los clientes durante los retrasos prolongados, mientras que nueve de ellas ofrecen alojamiento gratuito en hoteles a los pasajeros afectados por una cancelación nocturna.
Willie Walsh, director general de la IATA, declaró que: “Las compañías aéreas se esfuerzan por llevar a sus pasajeros a su destino a tiempo y hacen todo lo posible por minimizar el impacto de los retrasos. Las aerolíneas ya tienen incentivos económicos para que sus pasajeros lleguen a su destino según lo previsto. Gestionar retrasos y cancelaciones es muy costoso para las aerolíneas”.
La normativa podría crear expectativas poco realistas entre los viajeros que probablemente no se cumplan, y la mayoría de las situaciones no estarían cubiertas por este reglamento, ya que la meteorología es responsable de la mayor parte de los retrasos y cancelaciones de vuelos. Además, la escasez de controladores aéreos desempeñó un papel en los retrasos del año pasado y también es un problema en 2023.
La IATA sugiere que la Administración Biden debería trabajar para garantizar una Administración Federal de Aviación (FAA) totalmente financiada, una plantilla de controladores completa y completar el despliegue del programa de modernización del control del tráfico aéreo NextGen de la FAA, que lleva décadas retrasado.
La norma que se anunció el día lunes, se publicará a finales de este año.