Experiencias únicas de Costa Rica

Costa Rica se distingue por una riqueza natural y cultural. Su tamaño compacto y su diversidad geográfica permiten la coexistencia de ecosistemas variados y tradiciones ancestrales, combinados con un fuerte compromiso hacia la sostenibilidad, lo que hace posible acceder a experiencias exclusivas en un mismo territorio.


Surfear dos océanos en un mismo día: Gracias a su ubicación en el estrecho istmo centroamericano, Costa Rica permite surfear en el océano Atlántico y el Pacífico en una misma jornada. Las playas de Jacó y Hermosa, en la costa pacífica, son reconocidas por sus condiciones consistentes, mientras que en el Caribe destacan las olas de Salsa Brava, entre enero y marzo.

Ver cómo una carreta se transforma en obra de arte: Las carretas típicas costarricenses, símbolo del patrimonio cultural nacional e incluidas por la UNESCO como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, exhiben elaboradas pinturas multicolores. Cada marzo, en San Antonio de Escazú, se realiza el Día del Boyero, un desfile que celebra esta tradición. En Sarchí, centro artesanal del país, se encuentra la carreta más grande del mundo.

Explorar la biodiversidad más densa del planeta: alberga cerca del 4 % de la biodiversidad mundial. Más del 25 % de su territorio está protegido por parques y reservas nacionales, que abarcan ecosistemas tan diversos como bosques lluviosos, secos, nubosos, manglares, arrecifes y costas oceánicas. Corcovado, Tortuguero y Manuel Antonio son áreas clave para la observación de especies.

Disfrutar de aguas termales al pie de un volcán: El volcán Arenal dio origen a una importante oferta de centros termales. Aunque actualmente está inactivo, su imponente silueta sigue atrayendo visitantes que buscan relajarse en aguas calientes rodeadas de naturaleza.

Presenciar la Danza de los Diablitos: es una celebración ancestral del pueblo indígena Boruca que representa la resistencia frente a la conquista española. Se lleva a cabo del 31 de diciembre al 2 de enero en Boruca y el primer fin de semana de febrero en Rey Curré. Incluye música, comida tradicional, máscaras talladas a mano y bebidas fermentadas como la chicha.

Observar una cola de ballena natural: El Parque Nacional Marino Ballena, en la costa pacífica sur, es un sitio clave para el avistamiento de ballenas jorobadas. Durante la marea baja, una formación de arena llamada tómbolo crea una figura en forma de cola de ballena, que puede observarse desde el aire o caminando sobre ella.

Recorrer alojamientos ecológicos: A lo largo del país, hay eco-lodges que combinan comodidad y sostenibilidad, desde hoteles con energía solar hasta cabañas en medio de la selva. Estos espacios promueven el respeto por el entorno natural y las comunidades locales.

Descender por uno de los mejores ríos para rafting del mundo: El río Pacuare es reconocido internacionalmente por sus rápidos de clase III y IV, así como por su entorno de selva virgen. Durante el recorrido, es posible atravesar cañones, observar cascadas y una gran variedad de flora tropical, sin necesidad de soportar temperaturas frías del agua.

Participar en una peregrinación religiosa masiva: Cada 2 de agosto, millones de personas recorren largas distancias hasta la ciudad de Cartago para rendir homenaje a la Virgen de los Ángeles, patrona nacional. La peregrinación culmina en la Basílica Nuestra Señora de los Ángeles, donde los fieles acuden a pedir milagros o agradecer favores.

Interactuar de cerca con un perezoso: En varias regiones rurales, es común encontrar perezosos cruzando lentamente caminos. Para una experiencia más cercana, el Santuario de Perezosos, en la costa caribeña sur, ofrece visitas educativas centradas en la rehabilitación y cuidado de estos animales, incluidos ejemplares rescatados y crías.

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